Reflexiones desde ADEC

En el ajetreo diario del mundo empresarial, la Navidad emerge como un recordatorio invaluable de valores fundamentales que trascienden el ámbito meramente comercial. El empresario paraguayo, cristiano, encuentra en esta época festiva una oportunidad única para reflexionar sobre la importancia de la Navidad desde una perspectiva que va más allá de las transacciones comerciales y los balances financieros.

En primer lugar, la Navidad nos invita a la generosidad y solidaridad. En un país como Paraguay, donde la comunidad y la cooperación son pilares culturales, este momento del año nos llama a extender la mano a quienes más lo necesitan. Las compañías tienen la responsabilidad de contribuir al bienestar de la sociedad, ya sea a través de donaciones caritativas, proyectos sociales o simplemente brindando oportunidades laborales que fortalezcan a la comunidad.

También, la Navidad nos recuerda la importancia de la familia y el tiempo de calidad. En el entorno empresarial, donde las agendas suelen estar cargadas de reuniones y compromisos, esta época nos invita a desconectar y disfrutar de momentos significativos con nuestros seres queridos. Valorar el equilibrio entre el trabajo y la familia no solo mejora la calidad de vida de los colaboradores, sino que también fortalece el tejido social y contribuye a una sociedad más equitativa, responsable y saludable.

Desde una perspectiva empresarial, la Navidad también representa una oportunidad para fomentar la cultura organizacional. Celebrar eventos navideños, intercambiar regalos y participar en actividades solidarias como equipo no solo fortalece los lazos entre colegas, sino que también crea un ambiente laboral más positivo y motivador. Una compañía comprometida con la espiritualidad y los valores cristianos puede cultivar un sentido de propósito compartido entre sus colaboradores.

Para quienes se están esforzando por construir empresas más rentables, para los empresarios que están alcanzando el éxito en sus empresas, para los que están en el proceso de construir sus primeros negocios, para todos la Navidad es una celebración doblemente apropiada y es una oportunidad ideal para la meta más importante: compartir.

Doblemente debido a que el éxito no es una meta que se logra al final de un camino, el éxito es el camino mismo, es todo lo que hacemos para alcanzar las metas que nos hemos propuesto. Y, por otro lado, solo el éxito que se comparte con nuestros seres amados es el que verdaderamente se disfruta.

Todo el esfuerzo invertidos durante el año, la lucha cotidiana para sacar los emprendimientos adelante, los talentos que utilizamos para buscar oportunidades de crecimiento, el enfoque para buscar nuevas oportunidades y las habilidades que desarrollamos para enfrentar los desafíos que siempre se presentan, algunos más grandes que otros, tienen estos importantes objetivos: ser más felices con la gente que amamos, convertirnos en personas autorrealizadas y disfrutar del estilo de vida que hemos soñado y que nos merecemos.

Finalmente, cómo celebra la Navidad, un empresario cristiano: compartiendo con la gente que ama, alimentando el espíritu de solidaridad, amor y paz que nos alienta a seguir.

Mario Aníbal Romero Lévera, Socio ADEC

Última Hora: https://www.ultimahora.com/navidad-para-el-empresario-paraguayo-cristiano

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